Reflexionando ando

Querido niño Jesús..

Mucho se ha dicho y escrito de la diáspora venezolana, los que se quedan, los que se van. Chávez y Maduro nos robaron tanto, hasta las navidades.

Siempre anda uno con ese despecho crónico de perderse cumpleaños, matrimonios y bautizos de tantos quereres. Pero cuando ves cuánta gente falta en tu mesa el 24, cuando se recortan los abrazos del 31, ahí, AHÍ es cuando a mí más me pega.

El otro día debatía virtualmente con mi querida Carmen Eduardo sobre ponerse la sonrisa por los niños, o dejar que los sentimientos se desbordaran. Qué complejo es enseñarlos a manejar sus emociones cuando uno es un estropajo de risa y llanto, todo un moco emotivo que no sabe a qué lado pegarse.

Por supuesto que no tengo respuestas. Sólo la añoranza de esos días, cuando éramos tan felices y lo sabíamos. Y así rescato mis memorias y sueño que algún día volveremos a celebrar en libertad:

  • Que vamos a montar una mesa de producción hallaquera Reggeti, con 20 puestos. Yo me encargo del guiso, la única forma de controlar la calidad es catando cada 6-7 hallacas. Camelia (mi abuela) nos echa cuentos, Inés hizo el ponche, JC y Pancho cocinan algo para los demás. Las hermanas (mi mamá y tías) coordinan todo, con delantales y franelas del campamento que aseguran la inocuidad. En la quinta Melena el olor es delicioso y a todos nos duelen los cachetes de reírnos.
  • Y con mis amigas del Loyola organizamos un intercambio, que lo hacemos desde que estábamos en el colegio. Vamos rotando casas y modalidades, se pasan las horas volando cuando estás con amigas que son hermanas.
  • Con los Pérez se hace la regaladera de toda la vida. Siempre es todo contra todos, mis tías llenas de detalles siempre eligen algo especial para cada quién.
  • Como vamos creciendo y juntándonos con otras familias se va complicando pasarlo todos juntos. Pero siempre hay algo, quién está el 24 en Caracas y se organizan almuerzos, meriendas y cena para rendir la víspera. Desde nacimientos vivientes hasta búsquedas del niño Jesús, parrandas y demás. Termina uno riendo mil veces con mil mejores amigos, primos, hermanos.
  • El 31 no podemos faltar a casa de mi tío Armando. Él y su familia hacen un festín como pocos lugares en la tierra. Venado, Lapa, TurDucken, pernil. Cada carne tiene su salsa especialmente macerada para hacerte agua la boca. Entre los acompañantes nunca falta el risotto Mayi, tiene mi nombre porque es mi favorito. A las 12 ponemos la radio, A.M. Nada más emocionante que hacer el conteo regresivo en vivo y con toda Venezuela. A ver los fuegos por el ventanal…

Sí son nuevas historias, tradiciones, amigos. Son nuevas memorias. Querido niños Jesús…¿Será que normalizamos esta nostalgia y la dejamos fluir?.

1 thought on “Querido niño Jesús..”

  1. Super identificada con tu post, comparto al 100% tus sentimientos, ya que tus recuerdos forman parte de los míos también. Nos tocó duro y más duro es lograr crear este tipo de recuerdos en las vidas de nuestros hijos pero en un país que no es el nuestro. Lo positivo que saco de todo esta experiencia, es que nos demuestra lo importante que es crear este tipo de momentos en familia, hacer el esfuerzo por mantener tradiciones y hacer especiales cada momento. Nos hace valorar cada segundo que logramos compartir con nuestros seres queridos, así sea una llamada por FaceTime o unas cortas vacaciones. Fuimos muy afortunadas por la familia que tenemos.

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